Diversificar los ahorros es la recomendación general de expertos, partiendo del hecho de que tener todo en un solo lugar es sinónimo de arriesgar o perder todo al mismo tiempo. Cuando se ahorra la mayoría quiere tener una alta rentabilidad sin correr demasiados riesgos. Por lo tanto se puede tener una parte en productos seguros como cuentas de ahorro y destinar un porcentaje para invertir en diversos instrumentos como bonos o acciones.
Visto de esta manera, al tener una cartera distribuida en cuatro o cinco sectores, bancos o inversiones siempre se contará con un respaldo; ya que las pérdidas de una inversión se pueden subsanar con el rendimiento de otra u otras, pues es muy poco probables que todas ellas fallen al mismo tiempo y dejen de aportar un mínimo rendimientos. Lo mejor por tanto es diversificar los ahorros.
Pueden usarse diferentes objetivos para recibir mayor rentabilidad; pero también se puede optar por diferentes activos en los cuales invertir, como por ejemplo combinar renta variable, renta fija y activos del mercado monetario en proporciones acordes a su perfil de inversor.
Otra forma de diversificación es en títulos como acciones de distintas empresas, bonos y obligaciones de diferentes emisores y vencimientos variados, diferentes tipos de fondos de inversión, etc. También está la diversificación de sectores, los cuales pueden tener su mejor momento dependiendo del contexto y situación social. Cuando se tienen títulos de empresas pertenecientes a sectores distintos, una posible crisis puede afectar a algún sector y por tanto a su titulo; pero no afectará jamás a toda la cartera.
El objetivo final es obtener la mayor rentabilidad posible de sus ahorros y está claro que una forma de alcanzar esta meta es diversificando la inversión, sin olvidar hacerlo en la medida en que le sea posible económicamente.
